

Periodista con fractura de cráneo por represión policial en Argentina deja el hospital
El fotoperiodista argentino Pablo Grillo, herido de gravedad en la cabeza por un proyectil de gas lacrimógeno policial mientras cubría una protesta en Buenos Aires, dejó el hospital este martes luego de múltiples cirugías y tres meses de internación, informó su familia.
Grillo, de 35 años, sufrió una fractura de cráneo por el impacto del proyectil cuando se hincó al suelo para fotografiar a un grupo policial que reprimía una protesta de jubilados el 12 de marzo frente al Congreso, en un caso que conmocionó a opinión pública y despertó una ola de repudio de sindicatos y asociaciones de prensa de Argentina.
La imagen, captada por otros colegas que ayudaron a la identificación del policía autor del disparo, es una de las pruebas presentadas en la justicia en una causa que investiga el uso desmedido de fuerza policial, impulsada por la Liga Argentina de Derechos Humanos y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), entre otros.
Grillo dejó el hospital en silla de ruedas entre aplausos del personal médico, amigos y colegas. Su familia informó que seguirá su recuperación en un centro especializado en rehabilitación por un tiempo indeterminado.
Más de 100 personas fueron arrestadas durante la represión a la protesta en la que cayó herido Grillo, todas ellas luego liberadas por considerarse arbitraria su detención, informó entonces la justicia.
Las protestas que impulsan los jubilados cada miércoles frente al Congreso para reclamar un aumento de sus haberes que representan un tercio de la canasta básica, se han convertido en el principal foco de resistencia a las políticas de ajuste fiscal de presidente ultraliberal Javier Milei.
El gobierno, a través del ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich, ha reprimido con mano de hierro estas protestas a las que se han sumado alternativamente hinchas de fútbol, sacerdotes, estudiantes y sindicatos, entre otros sectores, para apoyar el reclamo de los jubilados.
La represión ha sido particularmente sensible para los periodistas que cubren las manifestaciones, habitualmente rociados con gas pimienta pese a portar identificación de prensa, en medio de roces y empujones policiales que han causado heridos y roturas de equipos.
Según el Foro de Periodismo Argentino (Fopea), las agresiones contra la prensa aumentaron un 53% en 2024 respecto al año anterior y en el 80% de los casos la violencia provino del Estado.
En los primeros cinco meses de este año, se registraron 119 casos, contra 61 del mismo periodo de 2024, informó Fopea.
Ese incremento se da en línea con el discurso del presidente, que suele calificar a la prensa crítica de su gobierno como "basura mentirosa, ensobrados, corruptos" y considera que "la gente no odia lo suficiente a los periodistas".
Un informe reciente de Reporteros Sin Fronteras denunció el "alarmante deterioro" de la libertad de prensa en varios países de América, entre ellos Argentina.
L.al-Fardan--BT